viernes, 2 de octubre de 2015

006 - Otros daños de una secta


Saludos a todos:

En la entrada pasada se habló de los daños que causa una secta cuando trata de justificar sus acciones. En esta ocasión se tratará sobre los otros daños que causa...

Según los criterios patológicos y diagnósticos de la Sociedad Americana de Psiquiatría, en el manual de enfermedades psiquiátricas DSM-III, se define el "Desorden Disociativo Atípico" como “una categoría residual a utilizar para aquellos sujetos que demuestren tener una Perturbación Disociativa, pero que no se ajustan a los criterios de una Perturbación Disociativa específica. Los ejemplos comprenden los estados parecidos al trance, desrealización no acompañada de despersonalización y aquellos estados disociados más prolongados que pueden darse en personas que han estado sujetas a períodos de prolongada e intensa persuasión coercitiva (lavado de cerebro, reforma del pensamiento y adoctrinamiento, mientras han estado en poder de terroristas o sectas)”.

Como podrá ver en el párrafo anterior, las sectas alteran enormemente la mente y personalidad de sus miembros, al tal grado que están a la par de un grupo terrorista... lo que ocasiona daños comparados a una enfermedad mental...

El "Síndrome de Secta Destructiva" (SSD) es el conjunto de alteraciones que, dependiendo del grado, duración y combinación de técnicas sectarias, conforman un amplio y no siempre bien definido perfil del sectarios y ex sectarios.

Daños:

En términos generales, los adeptos y ex adeptos sufren de:

-Pérdida del sentido de la realidad.
-Inmadurez psicológica.
-Delirios de omnipotencia.
-Imposibilidad de realizar juicios objetivos e independientes.
-Capacidad intelectual más o menos mermada.
-Problemas de concentración.
-Problemas de memoria.
-Dificultad para expresar necesidades de forma concreta.
-Dificultad para tomar decisiones.
-Estados confusionales.
-Estados de hipervigilancia.
-Estados hipomaniacos.
-Tendencias a la automutilación.
-Razonamiento de tipo paranoide.
-Razonamiento simplista.

Es común también encontrar:

-Alteraciones en los mecanismos de defensa del yo.
-Desidentificaciones severas con el propio pasado biográfico (vida).
-Regresión infantil.
-Ralentización del proceso evolutivo personal.
-Estados alterados de conciencia (denominados flotaciones y, en cierta manera, paralelos a los "flashback" de los drogodependientes).
-Cuadros netamente psicopatológicos.
-Trastorno de la ingesta, del sueño, hormonales, de la conducta sexual, etc.
-Enfermedades físicas o deterioro en general causadas por una alimentación inadecuada, o por falta de atención médica.
-Un nuevo vocabulario. 
-Perdida o disminución de lazos familiares y sociales.
-Perdidas económicas.
-Suicidio.

¿El grupo más afectado? Los niños y jóvenes que se desarrollan en ella. (Eso explica porque las nuevas generaciones no desean que sus hijos sean Testigos de Jehová).

Daños en niños y jóvenes:

-Dependencia del grupo generada al diluir las figuras de los padres biológicos y personificarlas en el líder-padre/grupo-madre.
-Carencias afectivas.
-Alteraciones emocionales diversas.
-Anomalías en el proceso socializador.
-Pérdida de identidad personal. 
-Falta de aprendizaje de una serie de habilidades básicas para poder sobrevivir en cualquier sociedad abierta, derivado de la negativa o interferencia al derecho de la educación (incluso de la educación obligatoria); entre otros...

Pero los daños no terminan... si el adepto decide abandonar el grupo, deberá reconstruir su vida después de años de haber perdido el pulso real de su entorno social. Se verá sin trabajo, estudios, recursos económicos, amigos, etc; en otras palabras, se encontrará sin apoyo material o humano, con notables deficiencias psicológicas y emocionales y con el rechazo agresivo de todos aquellos a los que dio sus bienes y su vida. En función de su edad y de otros factores, podrá superar la situación o andar hacia horizontes de marginalidad o suicidio.


En los casos más benignos, el sujeto sólo se habrá desconectado, durante cierto tiempo, de su vida real, pero volver a subirse al tren de la rutina cotidiana le llevará, en promedio, entre seis meses y un año de reajustes (¡imagine a alguien que ha estado décadas...!). Pero, si tiene un espíritu constructivo y dispone de ayuda para superar, elaborar y asumir su pasada experiencia, no todo habrá sido negativo en su pasado sectario, e incluso podrá extraer un aprendizaje muy importante (aunque excesivamente caro) que le valdrá para el resto de su existencia.

Fuentes:
1
2
3

Así que no es cualquier cosa estar en una secta...

Analizando lo anterior, la pregunta es: ¿Cómo salir?...

De eso hablaremos en la próxima entrada... mientras tanto, no olvide realizar el Test de la entrada 001...

Gracias por leer.

Metamorfosis.

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